Un tratamiento individualizado: cada persona es un ser humano distinto porque vive situaciones particulares y tiene distintas necesidades. Por ello, el paciente participa en sesiones de psicoterapia individual, para realizar un tratamiento personalizado buscando adecuar el programa a sus características específica. Este es un punto clave para alcanzar un éxito adecuado en el tratamiento.
La intervención es un proceso continuo: donde la persona puede ir avanzando en todas sus facetas de manera sólida y consistente. En este proceso se incluyen:
• Un apoyo terapéutico o psicoeducativo a la familia para que sepan cómo actuar.
• Seguimiento por un psiquiatra especialista en los casos que sean necesarios.
• La posibilidad de participar en grupos terapéuticos.