Desde hace 22 años los médicos de la Clínica de Ojos de la Fundación Finlandia trabajan devolviéndole la vista a gente de todo nivel social, aunque el valor de las consultas y más servicios es económico.
El trabajo de este organismo empezó en Quito, donde al principio trabajaron en el Hospital de Niños Baca Ortiz, donde permanecieron tres año. Hace poco inauguraron la segunda sucursal en la calle Wilson y Amazonas, en el sector de La Mariscal.
Luis Cueva, director de la Fundación, dijo que una de las metas es ampliar la cobertura del servicio, atender con lentes y tratamientos oftalmológicos a la gente del campo, para lo que cuentan con el respaldo de la Asociación de Damas Diplomáticas.
“Ellas (las damas) están coordinando las brigadas que se realizan durante los fines de semana, nos están refiriendo pacientes y nos ayudan económicamente”, aclaró el directivo.
Su actividad
Gente de todas las provincias accede a los servicios que actualmente ofrece la Fundación. Ivonne Aguilar y Sonia Enríquez, oriundas de Tulcán, manifestaron estar satisfechas con el servicio que ofrece la institución.
Acerca de lo más destacable de la atención médica que recibieron las dos mujeres y los beneficios que ofrecen en la clínica, una de ellas señaló que el costo de la consulta es de cinco dólares.
Aguilar aseveró que padecía mucho del dolor de los ojos, por lo que pidió una cita médica y le dijeron que tiene que utilizar lentes: “Me entregaron en el tiempo ofrecido, están bien hechos y el precio fue módico”, testificó.
Mercedes Cevallos, médico de la Fundación, mencionó que cuentan con la experiencia de muchos años y que su servicio es de calidad. “Nos esmeramos en poner toda nuestra capacidad para dar ese servicio”.
Aclaró además que sus pacientes son de todo nivel social. Consideró que la confianza depositada en ellos se debe a que ofrecen servicios de oftalmología de punta con atención en todas las especialidades.
Financiamiento
Desde hace 16 años el organismo ha dejado de percibir ayuda económica de los finlandeses (como eran los primeros 6 años), sin embargo mantienen la razón social inicial. Actualmente realizan autogestión para no alejarse del servicio social que prestan.
Cueva explicó que uno de sus socios estratégicos en el país es el Instituto del Niño y la Familia (INFA): “ellos han ayudado a algunos apacientes, sobre todo a los menores de edad en lo referente al transplantes de córneas”.