Carmen quería bailar pero, siendo niña, su padre se lo prohibió. Casi 80 años después, de la mano de su hijo -el bailaor y coreógrafo Paco Mora- consiguió hacer realidad aquella ilusión de la infancia: subirse a un escenario. Un sueño que cumple una y otra vez, porque para ella cada subida a las tablas es la primera. Al bajar de ellas, se olvida. El espectáculo se llama 'Flamenco para recordar', un proyecto terapéutico que nació con el objetivo de aplacar el alzhéimer que sufre Carmen."El hijo de la artista", como se refiere a sí mismo Paco Mora, es un reconocido profesional de la escena flamenca mundial. Con tan solo 17 años ya trabajaba como solista en Barcelona. Pasó por importantes compañías y prestigiosos tablaos, montó sus propios espectáculos y recorrió el mundo con ellos. Mora, ha zapateado con compases flamencos las obras de Bizet y Lorca en Alemania, Colombia o Japón .