Aprendemos sin darnos cuenta, del entorno. La naturaleza nos aporta todo lo que necesitamos y ell@s sin darse cuenta lo incorporan a sus rutinas. Aprenden a observar, a tener paciencia mirando a los insectos, a desarrollar la imaginación inventando historias de lo que ven, a ser "Resilentes", adaptarse a los cambios que la naturaleza nos proporciona cada día, a creer que cada granito de arena cuenta y suma, a no tener prisa, a vivir el momento y disfrutarlo... y a un sin fin de cosas que aún tenemos que descubrir juntos. Si te gusta la idea, ya sabes, aquí estamos para contártela.