Roberto González es un artista que plantea su investigación como una exploración sobre los límites convencionales del dibujo, adentrándose así en la búsqueda de nuevas técnicas y en el estudio de soportes alternativos sobre los que "dibujar". Tanto en sus "Estudios" como en sus "Composiciones" el elemento principal de su obra es la línea, que realiza por lo general con hilos rojos que surcan el aire -invadiendo de este modo un espacio que correspondía tradicionalmente a la escultura- y que se mantienen en constante tensión mediante imanes de neodimio. El segundo componente de la obra de Roberto González -y tan importante como los hilos- lo constituyen las sombras que, al proyectarse, desarrollan un entramado de líneas negras sobre las paredes del espacio expositivo. Líneas reales y proyectadas, rojas y negras, surcando espacio y pared, dialogan entre sí intentando plantear al espectador los dilemas del propio artista, esto es: ¿qué es un dibujo? Y sobre todo: ¿cuándo deja de serlo?