A principios de los 90, los Oliver comenzaron a elaborar sus rones en San Francisco de Macorís en República Dominicana. Se contrataron ingenieros y maestros roneros cubanos emigrados, para el asesoramiento y la puesta en marcha de la planta destinada a la producción de rones al más puro estilo cubano. Desde entonces se mantienen los mismos procedimientos, parámetros y formulas establecidas por estos técnicos y se cuenta con el trabajo directo de maestros roneros y técnicos cubanos exiliados, todos con gran experiencia en sus profesiones.Las primeras soleras de las bodegas se iniciaron con la adquisición de 100,000 litros de destilados y maltas con 15 años de envejecimiento, formando los primeros caldos de soleras de la Casa Oliver, los que constituyen la base de sus rones madres y el origen de los rones que actualmente se embotellan. La reorganización empresarial bajo la denominación corporativa de Oliver & Oliver se efectuó en 1997, transfiriéndose a esta la propiedad de la planta y todos sus activos para su operación posterior.