Cuentan que hace 100 años un visionario caficultor salvadoreño se enamoró de una bella mujer proveniente de una región cafetalera de Cuba. Después de un lardo cortejo, logro conquistarla y la hizo su esposa. El hombre en el afán de hacer sentir a su amada como en casa, busco un lugar en El Salvador que reuniera todas las características del paisaje que su mujer añoraba tanto. Su búsqueda lo llevo a la montaña, cerca de la vertiente sur oriente de la sierra de Apaneca, ilamatepec, específicamente en el cerro conocido como Chichicastepeque a una altura de 1,450 mts, donde aquel hombre y su amada decidieron establecerse, lugar que desde entonces lleva el nombre de Finca La Cubana.