El México de principios del siglo XX vio nacer, el 5 de enero de 1905 en un localito en la calle de Jiménez en el Centro de la Ciudad de México, un pequeño negocio de fabricación y venta de mantequilla. El negocio llevaba por nombre dos apellidos “Andrade y Zaragoza” ... el primero, el de un hombre visionario que buscaba dar a México mantequillas de la más alta calidad, elaboradas con el proceso más moderno de la época, y el segundo, de un hombre que confió en el primero. Con este propósito, Don Alberto Andrade elaboró sus productos mediante la incorporación de técnicas avanzadas de pasteurización a los rudimentarios procesos de descremado de leche y batido de la crema que había en esa época. Por tal motivo, esta empresa fue la primera en implementar el valioso proceso de esterilización a las mantequillas en el país, haciendo realidad el lema: “la más antigua y la más moderna”. Don Alberto Andrade, convence a su socio el Sr. Zaragoza, de que necesitaban mudarse a las